Una sola estrella flotante que reclama su libertad en un Mar Caribe ardiente. Un archipiélago lleno de adversidades y agotamiento donde todo parece que se quema y se derrite. ¿Cómo nos mantenemos siendo creyentes ante lo imposible? Nos refugiamos en el joseo, en la lucha y la resiliencia de la cotidianidad. Así surge la exposición KALOR, muestra individual del artista Kevin Alexander que examina la realidad puertorriqueña contemporánea llena de desafíos sociales, económicos y políticos. La exposición consta de tres actos en los que, a través de la metáfora del calor, se recogen las historias diarias de las generaciones que viven en un presente lleno de fortalezas y resistencias, y a la vez con un futuro incierto.

El Acto I, reúne varias pinturas que plasman el fuego como elemento principal, el combustible que emite calor y luz; energía que cambia y transforma. Utilizando mayormente un fondo negro, el artista enciende el lienzo con el contraste de los colores rojo, amarillo y anaranjado. Las piezas resaltan la imagen candente del fuego tanto literalmente, como simbólicamente, mediante los objetos comunes utilizados en nuestro día a día. Artefactos que nos hacen toparnos con la duda de, ¿Cómo vencemos el calor y a la vez convivimos con él? En fin, el calor tropical que nos sofoca, pero que, a la vez, es todo lo que nos recuerda que nuestra energía es fuerte, brillante, picante, excitante, aguda y caliente.